El G8, teóricamente, no tiene poder decisorio dado que, como afirman los que lo forman, es un MUNDO DE DEBATIENTES.
AUNQUE ha demostrado que las reuniones y Cumbres del G8 van mucho más allá de un simple intercambio de argumentos entre los líderes de las potencias económicas.
El G8 ha ido buscando soluciones y estrategias comunes para hacer frente a los problemas detectados, en función siempre de los intereses propios, LÓGICO!
Cumbre tras cumbre, encontramos una invariable reafirmación por parte del G8 de las bondades de la globalización neoliberal y un impulso continuo de las reformas que lo deben permitir: liberalización comercial y financiera, privatizaciones, flexibilidad del mercado laboral y políticas macroeconómicas deflacionarias como el déficit cero en el presupuesto y los elevados tipos de interés.
DETALLE es ciertamente díficil ver los argumentos anteriores ya que en los medios de comunicación se pierden detrás de anuncios espectaculares en temas como la lucha contra la pobreza, las iniciativas de reducción de la deuda o las ayudas en la lucha contra las enfermedades infecciosas como el sida o la malaria.
Lejos de establecer una vanal opinión, buscar la información sin quedarnos con lo que se publica en lo que respecta al mundo ya es una obligación, una necesidad y sobre todo un DON, para así opinar y ejercer propuestas bien fundamentadas.